domingo, 16 de abril de 2017

Reflexión Sobre el Amor al Prójimo

Cuando un grupo de fariseos le preguntaron a Jesús cuál era el mayor de los mandamientos, él aprovechó para darles una enseñanza fundamental sobre el tema: "El mayor mandamiento es: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, no hay otro mandamiento mayor que éstos" (Marcos 12: 29-31). Solo le preguntaron por uno pero el Señor les dio un segundo que era tan importante como el primero.. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", citando un pasaje del Antiguo Testamento (Levítico 19:18). 

Entonces.. ¿Por qué respondió con dos mandamientos si solo le pidieron uno? ¿No era suficiente con decir que amar a Dios era el mandamiento más importante de todos? Según leemos.. desde la óptica de Jesús no lo era. El Señor conocía muy bien la tendencia del ser humano a ser "religioso". Hoy día es muy común ver en las Iglesias cristianas a creyentes participando fielmente de reuniones de adoración, hacen oraciones y le cantan a Dios canciones que ciertamente buscan amarlo, pero mas tarde regresan a sus egocéntricas vidas. Muchas de estas personas están convencidas de que con solo amar a Dios es suficiente, y poco les importa si dañan a otros. A veces los más devotos son los más viles en sus relaciones, maltratan a su familiares y con frecuencia hieren a sus amigos mas cercanos.

Jesús nos enseña que amar a Dios y amar al prójimo está profundamente relacionado. Está claro.. amar a Dios es el mas importante de los mandamientos, pero si realmente le amamos es inevitable que ese amor no se desborde a los demás. La forma mas sencilla de saber cuanto amas a Dios es cuestionándote que tanto amas a las personas. Estas dos clases de amor no pueden ir separadas, están íntimamente vinculadas, y es imposible tener una sino tienes la otra.



                                                 
Marcel Amorín



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