sábado, 22 de febrero de 2014

El corazón alegre hermosea el rostro

Risa SonrisaEs tu tiempo de reír

"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;..". Eclesiastés 3:1-5.
¿Cuánto tiempo hace que no ríes con muchas ganas? me refiero a esa risa con a carcajadas que suelen ser tan grandes que cuando terminan sientas que te duelen ambos lados de la cara. Hace unos días atrás compartí un fin de semana de campamento con varios amigos y tuvimos la fortuna de podernos reír mucho. Cuando nos despedíamos sentía una pequeña molestia en mi costado izquierdo de tanto reírme, regresé a casa diez veces mejor que cuando salí.

 En estos últimos 20 años se han realizado serios estudios científicos sobre la risa y como ésta afecta al cuerpo humano, entre otras cosas se pudo descubrir que la risa es buena en varios aspectos, algunos de ellos son: mejora el tono muscular y la circulación sanguínea, es una buena terapia contra la depresión, disminuye el colesterol, mejora el ritmo cardíaco, aumenta ciertas hormonas y endorfinas que hacen que nos sintamos mejor. Es tan influyente la risa para mejorar la salud humana que decenas de investigadores han analizado y están analizando de forma intensiva su importancia no solo a nivel médico, sino también en otros aspectos científicos y todos llegan a la conclusión de que reír conduce a tener visión más positiva de la vida y es buena para el cuerpo y para el alma.

 ¿No es interesante que la ciencia halla ratificado lo que el sabio Rey Salomón enseñaba hace miles de años atrás?.
"El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate. El corazón entendido busca la sabiduría; Mas la boca de los necios se alimenta de necedades". Proverbios 15:13-15.
 Uno de mis maestros en la Facultad acostumbraba decir con frecuencia, "Al fin la ciencia se pone de acuerdo con la Biblia" .

Te deseo un alegre y divertido día. Y no olvides reír todo lo que puedas!. Dios te bendiga.

                                                                       Marcel Amorín