Siempre sentí una voz cerca mío, que me hablaba bajito para que nadie escuchara, que me hablaba despacio para que la entendiera,
Siempre sentí una voz que venía desde otro sitio, desde un lugar mas sano, mas alto, mas pacífico.
Siempre sentía esa voz, que hablaba sin hablar, que me susurraba sin susurrar, que me aconsejaba, que me motivaba.
Una voz suave que entraba por los oídos de mi corazón para comunicarse conmigo en el idioma del amor.
Pensaba que solo yo la podía oír por eso no me atrevía a compartir mi experiencia, tu ya sabes, para que la ciencia no cuestione mi cordura.
Lo cierto es que me ha acompañado durante toda la vida, intentando guiarme, motivándome.
Ha estado allí desde mi infancia, quizá desde antes, hablando a mi conciencia, susurrando a mi alma.
Estuvo allí en mi juventud para señalarme el peligro, para advertirme de lo malo que es tener malos amigos.
La escuché cuando vinieron a tentarme, y me convenció que hacer el bien a la larga es mas rentable, y de listos llenas están las cárceles.
Pero llegó un momento de mi vida en que no la quise oír, era mas divertido hacer todo lo opuesto a lo que ella me indicaba, por eso tapaba los oídos de mi conciencia para no escucharla, pero era imposible, aún seguía allí conectada a mi interior con sus palabras.
Comencé a beber para olvidar problemas, y en parte los olvidaba, pero adivina... adivinaste... la voz no se callaba... sus consejos me seguían aún borracho mientras deliraba.
Un buen día... me dispuse a ser yo, quien hablara: Oye ¿porqué has puesto tu ley en mi conciencia?, ¿porqué me has perseguido toda la vida?,¿quién eres?, ¿eres Dios verdad?...¿Porqué callas ahora?...el silencio te delata...
"Todos los que son guiados por el Espíritu
de Dios son hijos de Dios" (Romanos 8:14)
Señor siempre te has interesado en mostrarme el camino correcto, todo el tiempo me has hablado, has iluminado mi interior, me has inspirado para hacer lo bueno aún antes de conocerte. Gracias por tus palabras.
Marcel Amorín
Marcel Amorín