Aún nosotros los cristianos hemos pasado y tendremos que pasar por situaciones difíciles. Jesús nos advirtió que íbamos a tener muchas dificultades en esta vida y como siempre... tenía razón!.
"... En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo". Juan 16:33
Pero por mas desagradables que sean las pruebas siempre tendremos razones para dar gracias. Sin duda alguna hay un plan divino tras cada desierto por el cual Dios nos permite transitar, mas sabemos que no estaremos solos, pues la presencia de Dios nos acompañará todo tiempo.
El Señor no siempre impide el sufrimiento o la decepción del creyente. Parar las tormentas de la vida puede ser nuestra meta, pero desde su punto de vista, las adversidades son necesarias para que nosotros maduremos espiritualmente.
Hay algunas cosas muy importante que tenemos que tener bien claras, nuestro Padre nos ofrece protección y nos asegura que nos acompañará en todo momento. Desde que recibimos a Jesús como nuestro Salvador, él nos promete que vivirá en nosotros y que jamás nos abandonará. Es más, tenemos la garantía de que nada nos separará de su amor.
"Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro". Romanos 8:38-39
Así que debemos estar tranquilos sabiendo que nuestro Dios omnipresente camina a nuestro lado en medio de las dificultades y nos guiará a tomar la mejor decisión para resolver cualquier situación adversa.
Mientras que las situaciones difíciles causan ansiedad e impaciencia a mucha gente, los creyentes tenemos la paz de Dios y ésta serenidad interior no depende de si las circunstancias mejoran o no, por el contrario, es el resultado de nuestra relación diaria con él. Nuestro principal objetivo no debería centrarse en solucionar el problema, sino en nuestra dependencia total de Dios.
Cuando reconocemos la provisión del Señor durante las pruebas, realmente podemos expresar gratitud y esto permitirá que fijemos nuestros ojos en él y no en nuestras circunstancias. A menudo no sabemos cuales son los propósitos de los nuevos problemas que se nos presentan, pero sabemos que Dios está en control de todo, él camina con nosotros y es bueno y confiable.
Marcel Amorín