lunes, 2 de diciembre de 2013

Heridas y Cicatrices del Alma

Alma herida
 "Acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él". Lucas10:34
Como todos sabemos, heridas y cicatrices no son la misma cosa. Mientras que una cicatriz es la marca que recuerda a una vieja lesión ya sanada, una herida abierta puede causar la muerte. Pero si tratamos a esta herida de la forma correcta, con buena medicina, higiene, aire puro y un ambiente estéril, nuestro sistema inmunitario hará el resto y sin dudas sanará en pocos días. En cambio si hacemos todo lo contrario y no le damos medicina, ni higiene, ni cuidado, se podría generar una infección que impediría la evolución curativa, se agrandaría mas la lesión y existiría el riesgo de perder la vida.

Las heridas emocionales en alguna forma se parecen a las heridas físicas y salvando las diferencias tienen grandes similitudes. Las heridas del alma también podrían encontrar un camino a la curación si les ofrecemos el entorno indicado para curarse con eficacia y rapidez. Pero estando en medio de un ambiente destructivo, alcanzar la salud deseada será un proceso largo y difícil, sin olvidarnos que las heridas mal curadas pueden volver a abrirse con facilidad.
¿Existe alguien en tu vida que pueda hacer lo que hizo el buen samaritano y te ayude a sanar, alguien que pueda cargarte y llevarte a un lugar esterilizado, seguro, y limpie suavemente tus lesiones, te de buena medicina y te cuide hasta que te recuperes?

Quizás tienes una herida del pasado, una herida que que no has podido cerrar, o peor aún, quizás tengas una de esas heridas que se agrandan con el tiempo y cada día sangran mas. Si es así debes buscar ayuda de inmediato, quizás de un amigo, o de tu pastor o de un consejero para que te orienten, animen y cuiden de ti en el proceso de curación. Pero sobre todo, no olvides que la mejor medicina que tenemos los cristianos y la única que nos dará la curación completa, solo la obtendremos a través una relación diaria con nuestro gran Médico.

 Oremos:

 Señor Amado, te pido que me ayudes a alcanzar salud en esas áreas donde no se puede llegar con medicina común, pongo bajo tus pies este sufrimiento que me ha dañado el alma y confieso con mis labios creyendo en mi corazón que tú me darás la sanidad completa a través de tu mano poderosa y sanadora, el nombre Jesús. Amén.


                                                                                                  Marcel Amorín