"Acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él". Lucas10:34
Las heridas emocionales en alguna forma se parecen a las heridas físicas y salvando las diferencias tienen grandes similitudes. Las heridas del alma también podrían encontrar un camino a la curación si les ofrecemos el entorno indicado para curarse con eficacia y rapidez. Pero estando en medio de un ambiente destructivo, alcanzar la salud deseada será un proceso largo y difícil, sin olvidarnos que las heridas mal curadas pueden volver a abrirse con facilidad.
¿Existe alguien en tu vida que pueda hacer lo que hizo el buen samaritano y te ayude a sanar, alguien que pueda cargarte y llevarte a un lugar esterilizado, seguro, y limpie suavemente tus lesiones, te de buena medicina y te cuide hasta que te recuperes?
Quizás tienes una herida del pasado, una herida que que no has podido cerrar, o peor aún, quizás tengas una de esas heridas que se agrandan con el tiempo y cada día sangran mas. Si es así debes buscar ayuda de inmediato, quizás de un amigo, o de tu pastor o de un consejero para que te orienten, animen y cuiden de ti en el proceso de curación. Pero sobre todo, no olvides que la mejor medicina que tenemos los cristianos y la única que nos dará la curación completa, solo la obtendremos a través una relación diaria con nuestro gran Médico.
Oremos:
Señor Amado, te pido que me ayudes a alcanzar salud en esas áreas donde no se puede llegar con medicina común, pongo bajo tus pies este sufrimiento que me ha dañado el alma y confieso con mis labios creyendo en mi corazón que tú me darás la sanidad completa a través de tu mano poderosa y sanadora, el nombre Jesús. Amén.
Marcel Amorín