" Se llenó de amargura mi alma,Y en mi corazón sentía punzadas.Tan torpe era yo, que no entendía; hera como una bestia delante de ti ".Salmos 73:21-22El resentimiento lleva nuestras vidas a una cárcel espiritual y puede dejarnos allí durante mucho tiempo, a veces toda una vida. Es un sentimiento destructivo y nada agradable para el que lo posee.
De una forma ilustrativa podríamos decir que el resentimiento le pone grilletes al alma, y es como estar día y noche atados a una gruesa cadena unida a una pesada bola de metal. Una atadura que nos mantiene alejados de experimentar emociones positivas como son la alegría el gozo y la paz.
¿Te sientes encarcelado a causa de un resentimiento?
Algunas veces las palabras o acciones de otras personas nos hacen tanto daño que producen profundas heridas en nuestros corazones, y en muchas ocaciones como resultado final llega el resentimiento. Y cuando éste se presenta es muy difícil eludirlo, tendríamos que negar nuestra capacidad humana de sentir, y eso es casi imposible. Quizás sea un mecanismo de defensa que se activa en la mente humana, algo instintivo para tratar reducir un poco el dolor que sentimos cuando hemos sido heridos.
Pero por nada de este mundo debemos permitir que el resentimiento haga en nosotros su
hogar permanente. Cuando decidimos vivir día y noche dentro de los confines del resentimiento, nos auto encarcelamos en prisiones de amargura y rencor. Si nuestra energía se vierte en este tipo de emociones negativas, nos estamos excluyendo de experimentar emociones vivificantes como son el perdón el amor y la esperanza.
No podemos elegir si seremos o no heridos, los errores de los demás están fuera de nuestro control, pero podemos determinar como responderemos al dolor que llega de la mano de otro.
"Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; " 2ª a de Timoteo 2:24
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;" Mateo 6:14
Marcel Amorín