miércoles, 26 de marzo de 2014

Poner la confianza en Dios

"Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová
con Sara como había hablado". Génesis 21:1.
"¿Es una broma verdad? ¿Por qué me pides tal cosa?", le pregunté a mi hermano con una sonrisa irónica en mi rostro,"Sígueme y confía en mí", me contestó. 

Niña orando a Dios
Confiar en alguien o en algo no es una tarea tan sencilla como parece. La palabra confianza significa esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o en que algo funcionará como lo deseamos. Cuando confiamos debemos soltar cosas que por lo general son muy valiosas para nosotros, y permitir que otros (personas o cosas) tomen control sobre ellas.

 Pero claro, no siempre será posible mantener la confianza en el nivel mas alto. Con seguridad a muchos de nosotros nos resultará mas fácil confiar en Dios después de haber obtenido un ascenso laboral, o luego de haber comprado la casa de nuestros sueños, o minutos mas tarde de recibir una buena noticia, pero casi siempre la confianza decae un poco o mucho cuando las cosas no están marchando del todo bien. ¿O no es así?.

 Debo de reconocer que varias veces me he sentido identificado con Sara. Ella a pesar de estar segura en que Dios cumple sus promesas le costaba entender el hecho de que siendo ya tan anciana pudiera tener un hijo, esto lo podemos apreciar leyendo el capítulo dieciocho de Génesis, allí se describe que cuando el ángel le trajo la noticia a Abraham, ella escuchando tras la puerta se rió, y envés de confiar en la palabra.. dudó, pensó que no sería posible tal cosa y no puso su confianza en el Dios de lo imposible. Así como le pasó a Sara, también me ha pasado a mi, que luego de haber recibido noticias alentadoras sobre problema personales dificiles de resolver, me he hallado riendo con sarcasmo y pensando que tales problemas no se solucionarían tan fácil.
"Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida,
he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo.  Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.  Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada;
y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.  Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo:
¿Después que he envejecido tendré deleite,
siendo también mi señor ya viejo?  Entonces Jehová dijo a Abraham:
¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?  ¿Hay para Dios alguna cosa difícil?
Al tiempo señalado volveré a ti,
y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo". Génesis 18:10-14
Muchas veces me he preguntado que habrá pensado Sara de su irónica risa luego de enterarse que en su vientre estaba creciendo un bebé. Quizás se sintió tan tonta como yo me he sentido las veces que Dios ha resuelto esos problemas que yo creía no tendrían solución. 

 Por mas difíciles o complicadas que sean nuestras pruebas, o a pesar de lo duras que sean las luchas que estemos viviendo, no debemos olvidar que nunca estamos solos, El Señor siempre está a nuestro lado para fortalecernos y para pelear nuestras batallas
Vivimos en tiempos muy malos y hoy día es muy arriesgado confiar nuestra vida o la de nuestra familia a cosas terrenales o personas, pero la buena noticia es que en todo momento podremos confiar en Dios por dos razones: él mantendrá su palabra, así como lo hizo con Abraham, y porque nada ni nadie puede impedir que él cumpla sus promesas en nosotros.

 Ya terminando te invito a que medites sobre estas preguntas: 

¿Cuáles son tus luchas en estos días?, ¿Que desafíos te quitan el sueño? Y la principal, ¿En quién o en qué haz puesto tu confianza?. 
 "Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado". (Romanos 5:2-5)   
 
 Marcel Amorín