"Ya no te llamaré siervo, sino amigo, porque todas las cosas que se de mi Padre, te las daré a conocer" (Juan 1:15).Con los amigos compartimos una relación de amor y cariño, pero también son personas con quienes tenemos un sentimiento de obligación. Dios quiere ser nuestro amigo, quiere compartir con nosotros una relación de confianza y de afecto, quiere que aumentemos el límite de responsabilidad y obligación con él, tal cual lo requiere una amistad.
Abraham es un buen ejemplo de la clase de amistad que Dios pretende tener con nosotros. Las escrituras narran que Dios consideró a Abraham como su amigo porque le era fiel, siempre hizo su voluntad, y creyó en él. (Santiago 2:23). En su fidelidad y obediencia, Abraham demostró varias características que deberíamos imitar para llegar a ser también nosotros amigos de Dios. Él confió en su amigo, pero también tuvo un gran compromiso y responsabilidad con esa amistad. Y el mejor ejemplo de eso lo podemos ver en el episodio cuando ofreció a su propio hijo "Isaac" sobre el altar en respuesta a la petición de su amigo (Jehová). Salvando las grandes diferencias un hecho parecido se repetiría años mas tarde cuando Dios entregó a su único hijo para morir en una cruz (Jesús).
¿No te parece maravilloso saber que el creador del universo quiera tener una relación de íntima amistad contigo?. Pero claro.. esta amistad implica un grado de responsabilidad de tu parte que pondría a prueba tus límites de compromiso con Dios. Si estás dispuesto a cruzar esos límites, serás bendecido, y Dios te revelará cosas que solo se cuentan entre amigos, ".. porque todas las cosas que se de mi Padre, te las daré a conocer" (Juan 1:15).
Marcel Amorín