Ya pasaron 10 años, es increíble como corre el tiempo, aún a la distancia puedo sentir tu voz, tus consejos, tu risa. Tras esta breve ilusión llamada vida te puedo ver, feliz disfrutando de lo que estoy seguro hoy tienes, una inmensa paz y sensación de plenitud y placer de haber cumplido con la misión de tu vida. Te cuento viejito que fue difícil aquella tarde, no solo para mi, sino para todos quienes te queríamos, pero fue a pesar de todo, fue un gran día, todos fuimos consolados como se nos había prometido. Fue un honor para mi estar a tu lado ese último mes haciendo lo que tu tantos años hiciste conmigo, cuidándome, cuidándote. Esas ultimas oraciones que hicimos juntos, ¿las recuerdas? seguro que sí, allí se conservan todos los recuerdos lindos, guardaré esas oraciones en mi corazón para siempre. Quiero decirte que estoy orgulloso de ti, de tu fuerza, de tu coraje, como estoy seguro también Dios lo está, porque mantuviste la fe hasta el último suspiro, y no renegaste de él, aceptaste con valentía sus designios. Te cuento un secreto.. aquel día pude ver su mano tomando la tuya justo en el instante que soltabas la mía.
Papá, seguramente no estas escuchando estas palabras porque se donde van las almas en su partida, y se muy bien que tu no estás ahora aquí en esta congestionada Barcelona conmigo, en esta tarde nublada y fría, pero tengo la esperanza de que un ángel te lleve este mensaje envuelto en un corazón con las iniciales mías.
Las cosas han cambiado bastante desde tu partida, la familia ha crecido, tus genes se han multiplicados, no aun no soy papá, pero ya varios me llaman tío. Seguimos pendiente de la vieja tal como lo pediste, la cuidamos como a una reina, tal como vos lo hacías. El mundo en general ha cambiado mucho, lamentablemente la mayoría de las noticias que te podría dar no son muy alentadoras, pero como tu y yo sabemos, estos tiempos tarde o temprano llegarían, siempre lo hablábamos, extraño aquellas largas horas charlando vos, Daniel, y Oscar sobre profecías, se que a ti te hubiera apasionado vivir en este tiempo, y hacer lo que amabas, predicar las Buenas Nuevas del Evangelio a las almas perdidas, te hubiera encantado ver con tus propios ojos el cumplimiento de La Biblia, mas no pudo ser. Cada día tus palabras llegan con mas fuerza a mi memoria cuando me hablabas con tanta pación de los tiempos finales, cuánta razón tenías. Bueno viejito, el viento esta soplando frio en el balcón, cae la noche sobre la vieja Europa, regreso al interior del apartamento, quizá hoy en tu honor prepare para cenar estofado de ternero, tu plato preferido, tu especialidad en la cocina, jaja, no puedo, no te lo había dicho, me volví vegetariano. Ya ves como ha cambiado todo, buen no todo, mis sentimientos por ti aún son los mismos. Un abrazo desde el alma, nos vemos pronto, o no tan pronto.. Papá.
Marcel Amorín