"Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia". Santiago 1:2-3
¿Alguna vez te sentiste desfallecer a causa de un sueño roto?. Seguramente como la mayoría de las personas tu respuesta será "Si". Quizás tu sueño se rompió cuando tu novio o novia te confesó que no sentía nada por ti, o cuando perdiste aquel trabajo en el que habías depositado tantas expectativas, o lo destruyó el último suspiro de un ser amado que partió.
Los sueños rotos y el dolor son parte de la vida en este mundo caído. Hay sueños que nos hacen vivir tan ilusionados que es imposible evitar el sufrimiento cuando de forma inesperada se rompen. El Señor nos recuerda a través de su palabra que en esta vida tendremos aflicciones y pruebas que nos parecerán muy difíciles de soportar.
Cuando atravesamos situaciones de tanto dolor y confusión cuesta mucho creer que Dios está a nuestro lado. Pero él nos promete que nunca nos dejará ni nos desamparará...
"Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,Volverás a darme vida,Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza,Y volverás a consolarme" (Salmo 71: 20 y 21).En su segunda carta a los Corintios el Apóstol Pablo dice:
"Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación".Por tanto, si te estás sintiendo desfallecer por causa de un sueño roto, te animo a que busques refugio en el amor de Dios, a que deposites tu confianza en el constructor de sueños, y hallarás consuelo y paz para tu alma.
Marcel Amorín
