¿Que estás bebiendo?¿Agua salada o dulce?
He tenido períodos en mi vida con mucha vitalidad espiritual, etapas donde me he sentido muy conectando con Dios y colmado de entusiasmo por usar mis talentos para ayudar a otros; en momentos así la vida se siente como una hermosa aventura en el espíritu. Pero también he tenido temporadas de sequía espiritual, períodos donde estoy distraído e inquieto; y la oración se siente como una tarea difícil, y me cuesta demasiado concentrarme para dar una palabra de aliento a los demás.Hace unos meses atrás, noté en mi una falta de interés por las cosas de Dios y me empecé a preocupar por este tema. Deseaba conocer la causa que ocasionaba este problema, y sabía como cristiano que no podía verlo como algo menor. Luego de algunas oraciones y consejerías con hermanos, el Señor me dio la respuesta. Me hizo ver y entender que la mayoría de estos períodos de sequía espiritual se habían producido por descuidos mios.Yo había permitido entretenimientos que estaban marchitando mi amor por Dios: externos de nuevas películas de acción, un nuevo programa de TV, un hobby, cenas con amigos varias veces a la semana, tiempo perdido en Internet, y la lista sigue. Yo estaba eligiendo beber agua salada, mientras que el Señor me ofrecía agua de manantial.
Jesús esperó hasta el ultimo día para ir a una fiesta judía llamada la de los tabernáculos donde dijo unas palabras muy famosas. Ellos habían estado de juerga durante varias jornadas, tenían los estómagos llenos de comida y habían bebido mucho vino. Pero Jesús sabía que ese tipo de entretenimiento y de placeres no satisfacían sus necesidades mas profundas. Entonces quiso llamar su atención. Se paró y les habló en voz alta de una manera apasionada:
"..si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva !" (Juan 7:37-38).
El mismo Jesús está de pie el día de hoy, alzando su voz y haciéndote esa misma propuesta ¿Lo oyes?... ¿O estás distraído bebiendo el vino de este mundo? ¿O quizás estás permitiendo que algún entretenimiento seque tu vida espiritual y que marchite tu amor por Dios?
Oremos :
Señor amado, te entrego mis distracciones y todo lo que me a estado alejando de tus caminos. Ayúdame a encontrar la pasión y el entusiasmo por tus cosas, y la verdadera satisfacción en ti. Permite que tu Espíritu llene mi corazón y pueda vivir plenamente deleitándome en tu presencia, quiero andar en las buenas obras que has preparado para mí. Amén.
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