
Es muy fácil decir Gloria a Dios!, Aleluya!, o Amén!" cuando las cosas marchan bien y todo va de maravillas. Pero cuando caminamos por el fuego de la prueba esta clase de palabras escasean en nuestra boca. Las pruebas llegan a la vida del creyente con un propósito y una recompensa. Algunas de las causas por las cuales Dios las permite es para probar nuestro carácter y para hacernos madurar en la fe, "...sino...