miércoles, 4 de mayo de 2022

Jesús dijo: Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio

predicador
No hicimos nada para merecerlo, no tuvimos que esforzarnos ni luchar para obtenerlo, pero todo se nos ha dado. Merecíamos ser destruidos pero en cambio fuimos restaurados. Hoy somos los invitados de honor de la fiesta mas maravillosa que jamás se ha celebrado, todo sin tener que pagar un centavo, todo está pago. ¿No es esto maravilloso?. 

Esa tarde en que Jesús murió en la cruz fueron saldadas todas nuestras deudas con el creador, y sin importar lo graves que fueron nuestro pecados todos fueron perdonados, ahora claro está, resta a cada ser humano aceptar o no ese perdón, ¡yo si lo quiero!. Si entendiéramos realmente en el espíritu lo que sucedió ese día en Jerusalén creo que no pasaríamos un solo minuto sin darle las gracias al Señor por lo que hizo por nosotros, y sin dudas nuestra vida sería una ofrenda viva para Él. 

Jesús con su propia existencia nos enseñó la forma correcta en que debíamos proceder con las personas, como debían ser nuestras acciones para para ser bendecidos y agradables a los ojos del Padre, mas esto es por nuestro propio bien, pero antes de regresar al Cielo nos encomendó algo muy importante que debíamos hacer para los demás, ¿recuerdas qué fue?..  "Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio" Marcos 16:15. Sólo eso, nada mas ni nada menos, nos encomendó la honorable tarea de seguir expandiendo las buenas nuevas de salvación, su reino, a todas las almas de la tierra. Su anhelo mas grande, por el cual lo dejó todo y no escatimó ni su propia vida fue que la verdad, su mensaje llegara al conocimiento de todos los seres humanos, porque su voluntad es que todos le conozcan, se arrepientan, y sean salvos. ¿Y quién podría hacerlo además de nosotros sus hijos?¿Quién podría llevar su Verdad en este tiempo? Nadie!. Solo nosotros.

Hoy mas que nunca el mundo ha sido bombardeado por cientos y cientos de mentiras disfrazadas de verdades, y se hacen eco en las calles, en redes sociales, en los parlamentos, en las universidades, llenando de falsedades los oídos y corazones de los hombres con engaños, con filosofías humanas, con religiones y falsas doctrinas, con inmoralidades, con ideales, y cada día son mas quienes las creen y las proclaman.

Alabemos el nombre de Dios cada vez que respiremos, pues su gracia nos ha alcanzado, pues todo se nos dio sin merecerlo, gracias por este tesoro que llevamos dentro, su Espíritu Santo, contenido en nuestro frágil recipiente de barro. 

Continuemos la misión que Cristo comenzó, su misión de amor que nos ha encomendado, y que es nuestro deber terminar, pues somos su cuerpo. Prediquemos su Verdad, alumbremos el mundo con la luz del Evangelio, proclamemos las palabras de vida que cambian corazones, que sanan heridas, que liberan cautivos, y que salva a las almas. Pues no queda mucho tiempo, y de todo lo que tenemos aquí pronto volverá al polvo de donde salió, mas los frutos que sembramos para el cielo los recogeremos eternamente. 


"Te requiero delante de Dios y de Cristo Jesús, 

quien ha de juzgar a los vivos y a los muertos 

tanto por su manifestación como por su reino: 


Predica la palabra; mantente dispuesto 

a tiempo y fuera de tiempo; convence, 

reprende y exhorta con toda paciencia 

y enseñanza. 


Porque vendrá el tiempo cuando no soportarán 

la sana doctrina; más bien, teniendo comezón de oír, 

amontonarán para sí maestros conforme 

a sus propias pasiones y, a la vez que apartarán 

sus oídos de la verdad, se volverán a las fábulas. 


Pero tú, sé sobrio en todo, soporta las

aflicciones, haz obra de evangelista; 

cumple tu ministerio".

2 Timoteo 4:1-5

Leer más...