
"Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro,
salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba". Marcos 1:35
Nadie podría dudar del amor que Jesús sentía por las personas, pero a veces necesitaba alejarse de ellas para orar a Dios. Como nos narra el Evangelio según San Marcos, cierta vez antes del amanecer buscó un lugar tranquilo en el desierto y oró. Este pasaje bíblico perfectamente lo podemos tomar...