La oración abre la puerta de los tesoros del Reino de Dios. Es una llave que el Creador ha puesto en nuestras manos y nos invita a utilizar. La oración es el canal por donde fluye la provisión de Dios hacia nosotros.

Para él sería muy sencillo darnos lo que necesitamos. Todo le pertenece. El universo está a su mando. Sería muy fácil brindarnos todo lo que nos hace falta sin tener que esperar a que nosotros se lo solicitemos. Pero no es así como lo ha estructurado.
Dios nos ama, y su mayor anhelo es tener intimidad con nosotros. Orar es mucho mas que un montón de palabras intercaladas entre "Dios mio" y "Amén". La oración es la entrada espiritual para llegar a su presencia y experimentar la experiencia de amor que ha planificado tener contigo y conmigo.
¿Te imaginas como sería si Dios supliera nuestras necesidades sin que existiera este proceso?. Posiblemente nunca reconoceríamos su provisión divina. Todo lo bueno que llegara a nuestra vida nos parecerían simples coincidencias, o cosas que suceden porque deben suceder. Pero gracias al privilegio que tenemos de hablar con Dios en oración podemos experimentar un trato personal y diario con el creador.
Además, esta interacción nos mantiene conscientes y reconociendo que él es la fuente de todas las cosas. La causa por la cual muchas cosas no llegan sin oración es porque está esperando que le pidamos, pues hasta que no lo hacemos no reconocemos que él es nuestro suministro. Hay ocasiones en las que Dios espera que la necesidad sea grande de verdad, y que reconozcamos que solo él puede ayudarnos, pues ya hemos agotado todos los recursos.
Resumiendo.. Entre otras cosas Dios estableció la oración porque a través de ella le reconocemos como la única fuente y providencia de todo lo que nos hace falta. Sin dudas, es un plan de amor perfecto para mantenerse en comunión con sus hijos. ¿No te parece?.
Marcel Amorín